Ya hacía algún tiempo de mi última crítica sobre una obra de animación, la última fue 'Avril y el mundo alterado', y de lo Francés, pasamos a lo Japonés con 'Mirai, mi hermana pequeña', obra de Estudio Chizu que ya se considera sucesor de Estudios Ghibli. Pero, ¿es merecido ese título?. Vamos a descubrirlo.
Para igualar la artesanía de Estudios Ghibli, lo principal es una historia que no solo toque el corazón, sino también el alma, es decir un historia humana y cercana. En éste caso, la obra de Mamoru Hosoda lo tiene todo, ya que estamos frente a una historia pequeña pero de una gran magnitud, como un niño pequeño afronta la llegada de un nuevo miembro en la familia y como la atención de los padres se enfocan más en el recién nacido, surgiendo esos celos y como los afronta. Aunque no solo eso, sino también, la nueva dinámica en casa, con el padre quedándose en casa para atender a los pequeños, trabajando desde ahí mientras lidia con todo, mientras la madre por trabajo pasa todo el día fuera.
El argumento, de por sí, ya es muy interesante por los temas que trata, pero lo que hace que ésta película sea mágica, es que lo vemos desde el punto de vista de Kun-Chan, quien hasta ese momento era el pequeño y el mimado de la casa. Ver el mundo a través del prisma de un niño pequeño con mucha imaginación puede ser una experiencia inolvidable y al mismo tiempo educativa.
Con una historia tierna y conmovedora, como la que se presenta, el ritmo del film tiene que estar acorde, pero en éste caso saben muy bien cuando tener un ritmo muy rápido y frenético y cuando tomarse su tiempo para los momentos especiales y sensibles, con 'Mirai' han sabido encontrar ese equilibrio para cocer a fuego lento nuestros sentimientos y tocarnos así la fibra sensible a lo largo de toda la película.
Aunque he hablado de éste estudio como el sucesor de Ghibli, no significa que su estilo visual sea el mismo, sino, su estilo narrativo y sus historias cercanas. Ya que en cuanto a su diseño de personajes distan bastante, tienen su propio estilo visual, no tan clásico, si no más actual, dinámico, pero igual de cálido. La animación es fluida, los movimientos de los personajes son naturales, con esas pequeñas exageraciones necesarias para transmitir mejor los sentimientos y los estados de ánimo de los personajes, pero nada que no se haya visto hasta ahora. Por otro lado, el diseño de fondos y escenarios son excelentes, a diferencia de otras producciones, aquí se ve realmente integrados y un cuidado hasta el último detalle, que hace que el conjunto total de la obra solo pueda ser definido como: magnífico.
En definitiva, ésta es de esas películas que te cautivan desde el comienzo, no sabes porqué, pero la música te engancha, el diseño de personajes te parece encantador, y la forma en que es narrada llama tú atención, poco a poco, te va atrapando hasta descubrir el motivo por el que te sentaste a verla; es entonces, cuando sueltas una lagrimilla, abrazas a tus padres o herman@s o haces una llamada o decides que es hora de limar esas asperezas que hay en la familia.
Es posible que más de una persona se vea reflejada en alguno de los personajes, que identifique momentos de esas vidas, y es que, cuando una película es tan humana, tan sensible y tan cautivadora, solo podemos dejarnos llevar y disfrutar del viaje. 'Mirai' es una oda a la familia, al amor y a la imaginación.
Sin lugar a dudas, éste estudio se está ganando por derecho propio ser el sucesor de Ghibli y del mismísimo Miyazaki.
Mi nota: 9
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