Desde que se estrenó la serie de 'Castelvania' en Netflix, me recordó a la película de 'Vampire Hunter', y pensé en rescatar ésta película para hacer su crítica, ya que en la serie de Netflix, veía alguna que otra semejanza con ésta película de culto. Sobretodo en el diseño de personajes, se ve una clara influencia por la cinta del estilo que Yutaka Minowa tomó del maestro Yoshitaka Amano.
La cinta del estudio Madhouse, tiene una historia tan plana como una tabla de planchar, un vampiro secuestra a una chica joven, y su padre envía a varias personas en su rescate para evitar que sea convertida. Mientras, los cazarecompensas se pelean entre ellos, mientras el vampiro también envía secuaces suyos para matar a sus perseguidores. Entonces, con algo así de base ¿cómo puede ser tan buena? Pues porque a pesar de haber algunos personajes estereotipados, están bien definidos, la historia a pesar de ser sencilla, se desarrolla como una roadtrip, y eso la hace más entretenida, posibilitando profundizar más en los protagonistas y en sus relaciones, como el tira y afloja entre el protagonista y la banda de mercenarios. También vemos como se van formando la relación entre personajes, como evoluciona debido a las situaciones en las que se encuentran. Si a eso le sumamos que éste tipo de narración, nos permite ver éste mundo post-apocalíptico cargado de fantasía, pero vista a través de los ojos de los japoneses (cuando aún no se habían vuelto locos). Además a eso le sumamos el carisma del inseparable compañero del protagonista y ese halo de misterio que rodea a toda la trama.
Y es que aunque la historia sea sencilla, lo que la hace más compleja, es el no saber que ha pasado en ese mundo, porqué hay monstruos, vampiros, el nivel de tecnología tan extraña, en el que lo orgánico se fusiona con lo mecánico. El ver que se intuye que ese mundo era antes como el nuestro, pero que algo provocó un cambio, volviéndolo más western con toques de medieval, pero con tecnología que parece del futuro. Y el hecho de sacar pinceladas de esos sucesos, a través de la trama central, hace de ésta cinta, aún más atractiva si cabe.
La parte artística del film, es totalmente una delicia para los sentidos a pesar de que el film a fecha de hoy tiene ya 18 años a sus espaldas y nada tiene que envidiar con las películas de animación que salen actualmente. Tanto el diseño de personajes, como el de escenarios, están completamente lleno de detalles, con un acabado que cuesta creer que sea un film de la "vieja escuela", es decir dibujado a mano. Aunque para ésta secuela, ya comenzaban a incluir algunas técnicas avanzadas de animación que les permitían hacer algunas cosas que no pudieron realizar en el film de 1985. A ésto también se le suma que el diseñador de personajes para ésta entrega no era otro que Yoshitaka Amano, a algunos les sonará el nombre, ya que no es otro que el diseñador de personajes de un gran número de entregas de la saga de videojuegos 'Final Fantasy'. Aunque quien adaptó su estilo y lo maduró para ésta película fue Yutaka Minowa (Ninja Scroll, Animatrix).
Pero si el diseño ya de por si, es totalmente llamativo y cautivador, la animación no se queda corta, y es que aquí volvemos a quedarnos con la boca abierta, ya que nos encontramos con algunas escenas coreografiadas que nos hacen pensar que estaban pensando como si de una película con actores reales se tratara. Lejos de esa animación infantil y coreografías baratas que hemos visto tantas veces en el cine de japonés. En 'Vampire Hunter D' nos encontramos con un producto más serio, cuidado y detallista.
En definitiva, 'Vampire Hunter D: Bloodlust' se ha ganado por derecho propio el calificativo de película de culto, sus personajes, su historia, el diseño de personajes, la animación, el cuidado en la música y los actores de voz, han hecho de ella un producto del que poco habría que reprocharle. Si acaso, se les podría reprochar que no adaptaran el resto de novelas en las que ésta basada ésta película, ya que ésta es la adaptación de la tercera entrega, de un total de 24 novelas, dejando por supuesto con ganas de saber más de la pareja de protagonista tan peculiar.
Mi nota: 8
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