Creo que pocas deben ser las personas que no conozcan a uno de los personajes más famosos de Sylvester Stallone, John Rambo, el ya veterano de la guerra de Vietnam y que ha luchado más guerras que nadie a lo largo y ancho del planeta. El buenazo de Stallone vuelve una vez más con Rambo, con lo que parece que será el último capítulo de su soldado.
En lo referente al nuevo capítulo de la vida de Rambo, se agradece cierto cambio de rumbo en cuanto a lo que nos tenían acostumbrados y es algo que posiblemente los más fans de la saga no les haya gustado, pero a un servidor, ésta sutileza sobre el personaje se agradece. Es, indirectamente una forma de explicar algo más referente al personaje sin tener que decirlo con palabras.
Bien, ahora en cuanto el guión, es lo que prometía Stallone, una cinta de acción y violencia desenfrenada, con un trasfondo de crítica sobre la trata de blancas en México, no es una cinta profunda, pero tampoco lo pretende. Stallone, nos presenta a un John, más maduro, con esos demonios internos que aún le persiguen, esa lucha interior que no cesa y esa ira que no sabe como canalizar y que intenta enterrar esos demonios. Aún así nos muestra como ha sabido tener una vida tranquila y apacible desde la última entrega.
Pero lo interesante, es que Stallone también a sabido transmitirlo con el ritmo de la cinta, con una narrativa que comienza más pausada y que se va acelerando a medida que avanza la trama, terminando con un ritmo muy picado y con una música muy intensa, además de la violencia, que al comienzo es más, digamos, "tímida" y termina siendo un festival de sangre y vísceras. Pero es en ésta violencia, donde más se aprecia éste John Rambo maduro, que ya no tiene la misma agilidad de antes, pero que lo compensa con ingenio y estrategia táctica, siendo más brutal y letal. De esos tipos que solo les falta decir "te has metido con el hombre equivocado".
Aún así, aunque cumple como la típica película de acción clásica pero con una actualización a todos los niveles, me falta más profundidad en cuanto a las tramas y personajes de los villanos del film. Demasiado simples, un poco más de trasfondo no hubiera hecho daño a nadie, ya sabemos como van a terminar, pero al menos que podamos empatizar de alguna manera con ellos.
En cuanto a las actuaciones, Stallone, nos ofrece sin lugar a dudas el mejor Rambo que podíamos esperar, un hombre que busca esa redención desde que dejara la guerra, el luchar poder dejar atrás los fantasmas de sus batallas, ese dolor de ser el único superviviente y el no poder haber salvado a más gente, que solo sabe suplirlo con el amor y la compañía de los más cercanos e intentando salvar a cuanta más gente posible. Es ahí, en ese contraste entre la calma y el amor de sus seres queridos, con el Rambo desatando sus ira sobre los villanos, donde Stallone se luce totalmente ofreciéndonos lo mejor de él, y de su personaje.
Con él, tenemos sin duda unos compañer@s de pantalla de lujo y que saben estar a la altura, quien nos regala algunos momentazos es Yvette Monreal, la chica a la que John prácticamente a criado y que comparten algunos de los momentos más tiernos de la película. Paz Vega y Adriana Barraza, también tienen sus momentos en pantalla que saben dar esa contrapartida a Stallone y sobretodo en momentos delicados del film.
Por otro lado, Óscar Jaenada y Sergio Peris, se me quedan cortos como los villanos del film, hacen muy bien su papel, pero el cara a cara irremediable con Stallone, el veterano se los come en la primera frase.
En definitiva, éste Last Blood a bebido mucho de 'Venganza' de Liam Neeson y de la saga 'John Wick' de Keanu Reeves, Stallone ha sabido coger lo mejor de esas sagas cinematográficas y llevarlo a su terreno para exprimirlo al máximo. Por lo tanto, me parece muy hipócrita, por tanta gente que ha criticado ésta entrega por su extrema violencia, o simpleza del guión, mientras que alaban a las que he mencionado anteriormente, que pecan justamente de lo mismo.
Por mi parte, Stallone puede sentirse muy orgulloso por haber actualizado y modernizado a Rambo, por posiblemente haberle dado un capítulo final digno de éste héroe de Vietnam que tantos buenos ratos nos a dado, y que ha sabido adaptarse a los tiempos modernos.
Cine de acción sin filtros, ni tapujos, dura como la vida misma y con un extra de mala leche. Y que nos da un discurso final, de esos de quitarse el sombrero. No se puede pedir más.
Oju! tiene escena postcréditos, tras los créditos principales. Cuando empiezan los de fondo negro, ahí ya no hay nada más que ver...a parte del montonazo de gente que ha hecho posible ésta película.
Mi nota:8
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