Últimamente está dando mucho de que hablar el hecho de que algunas superproducciones estén dando el salto al cine con calificación R, a esto se le tiene que sumar el anuncio de Todd McFarlane, que su película de "Spawn" será tan violenta que será calificada como Hard-R, que hará que "Deadpool" y "Logan" parezcan películas para niños.
Todo ésto parece que sea algo novedoso, aún más desde que hace un tiempo a ésta parte, el sexo y el gore se está instalando en las televisiones de todas las casas con series con éste tipo de contenido y que están ganando mucho renombre, pero nada más lejos de la realidad, ésto no es ni de lejos algo novedoso, y me ha hecho pensar en la hipocresia que hay detrás de todo éste negocio, sobre el "qué", el cuando y el donde se pueden mostrar éste tipo de escenas, que algunos "jefazos" consideran inapropiadas.
Pero para hablar con algo más de propiedad sobre este tema, hay que retroceder unos cuantos años, hasta el surgir de éste tipo de género. Tras la época dorada del cine, el público buscaba emociones fuertes, y fue en los sesenta y setenta cuando todo empezó, el llamado cine "exploitation", no había límites, no se hacían películas para explicar una historia, sino que se hacían películas para mostrar esos excesos de violencia, sangre, sexo y drogas, quedando la historia en algo casi anecdótico. En las que se buscaba más, el forzar las situaciones para enseñar lo que el público estaba buscando realmente, sin importar que algunas de ellas fueran totalmente ridículas. No obstante hay que decir, que como en todo, siempre podíamos encontrar algunas excepciones que rompían la regla. Charles Bronson, Clint Eastwood o Chuck Norris, son un algunos de los icónos de aquella época, en las que protagonizaban cintas principalmente sobre la venganza y en las que en su mayoría, disparaban primero y preguntaban después, comenzando así la figura del héroe silencioso y musculoso, que soltaba su chascarrillo cuando había solucionado la papeleta. En ésta época no solo los hombres repartían estopa, las mujeres también impartían justicia de la misma manera y que nada tenían que envidiar a Chuck Norris o Clint Eastwood, y aunque ahora se habla mucho de "Atómica" de Charlize Theron, en los '70 Pam Grier protagonizó varios films Blaxploitation como "Coffy" o "Foxy Brown" en los que más valía no ponerse en medio de su camino de venganza contra aquellos que le habían destrozado su vida, está claro que también era otra época y no contaban con el presupuesto y recurso que el film de Charlize Theron. También tenemos el caso "Faster Pussycat, Kill Kill" otra producción protagonizada por mujeres y convertida también en una pieza de culto, que aunque tiene todos los elementos mencionados anteriormente, tanto la violencia como el sexo, estaban un nivel por debajo. Pero en éste caso, tenemos a unas protagonistas fuera de la ley, en busca de dinero y diversión, en donde todo vale e incluso donde tus amigos, pueden convertirse facilmente en tú peor enemigo. En ésta época también hay que remarcar una productora que se encargó, no solo de incrementar éste tipo de películas, sino que también de comenzar la guerra de cachés de las estrellas del cine y del "todo vale" para abrise paso en el mundo de Hollywood. Se trataba de 'Cannon Films', que hacían películas de bajo presupuesto con estrellas de cine, en las que el argumento en muchos de los casos prácticamente se iba improvisando a medida que se filmaba la película. Su lema prácticamente era, sexo, violencia y más sexo. Algo que sin lugar a dudas conseguía llenar las salas de cine en el mejor de los casos, pero eso no les iba a durar mucho, todo y a pesar que ésta productora estuvo activa desde 1967 hasta 1994, siendo los responsables del gran éxito de Chuck Norris y Charles Bronson en el cine de acción.
Con la llegada de los ochenta, todo comenzó a "regularse" un poco más, los excesos se miraban más. Y con un público ya saturado de tanto cine "exploitation", dió paso al cine de acción ultraviolento, del que surgieron estrellas como, Sylvester Stallone, Arnold Schwarzenegger o Bruce Willis, de entre otros muchos. No obstante, aquí también comienza la que podríamos definir como la época dorada del cine de terror/gore, donde heredaban de los setenta, la excusa de su calificación para mostrar desnudos, y es que en los '80, si una película "slasher" no había alguna situación que propiciara el desnudo de alguna chica, no era "digna" de ver. Los argumentos de éstas películas, aunque se puedan calificar de "facilones" comenzaban a estar más elaborados, los protagonistas tenían un trasfondo más sólido y la violencia estaba más "justificada", con lo que nos regalaban escenas cargadas con litros y litros de sangre, cabezas estallando como globos de agua y amputaciones de todo tipo. No obstante; también había mucha crítica social en algunas de estas cintas. Algo que ha ido quedando poco a poco regelado con el paso de los años con el cine actual. Recordemos que en ésta época disfrutamos de "Robocop", "Conan el Bárbaro", "Acorralado", "Aliens" y "La Jungla de Cristal" o la desternillante "Braindead, tú madre se ha comido mi perro", de entre muchas películas de estas características, las cuales fueron las que han inspirado a muchos directores actuales en éste tipo de cine.
No obstante la alargada sombra del Señor Don Dinero empezaba a asomarse, y es que James Cameron, nos había regalado unos momentazos épicos con "Terminator", en su secuela, que aunque está a la altura, la había convertido en un producto "para todos los públicos", falto de ese espíritu independiente y transgresor de la primera entrega. La violencia estaba medida al milímetro para que pasara el corte y conseguir ese Pg-13, en ese momento, Cameron ya veía como caían los billetes desde el cielo y bañándose en una bañera de oro, teniendo a sus pies y comiendo de su mano a todo Hollywood, había llegado el Rey Midas, y desde lo más alto veía como los adolescentes llenaban las salas de cine y se identificaban con el joven John Connor. Pero él solo escuchaba el "clinc, clinc" de las monedas como iban cayendo.
Y al igual que los tiburones van lanzados cuando huelen la sangre, lo mismo pasa con las productoras cuando una película tiene un éxito rotundo en taquilla, yendo a lo más fácil, que es ir por lo seguro, plagiando ideas, fórmulas y lo que haga falta para que no pare el torrente de billetes verdes en taquillas y es aquí gente, cuando nos topamos con cine familiar para todo tipo de género, ya sea de acción, de terror, o lo que sea, a partir de aquí todo vale para que hasta el más pequeño de la casa pague su entrada y pueda ver con sus padres como un ex-agente de la CIA, masacra a ejercitos de narcotraficantes, pero con la mágia de Hollywood, no verá ni una sola gota de sangre, o por ejemplo como en una película de catástrofes naturales, la gente cae de azoteas y sus cadáveres rebotan contra el suelo sin explotar en una masa de sangre, huesos y visceras. Este tipo de cine, inventó el ser humano que en lugar de tener sangre por las venas, tiene aire, daban igual las puñaladas, que le cayera una roca encima, que como mucho y siendo el director muy atrevido, saldría un hilo minúsculo de sangre o unas pocas salpicaduras. Solo hay que ver "Sant Andreas" con Dwayne Johnson, para ver algunos de éstos ejemplos.
Por su puesto, eso no quita que en los '90 y en adelante hubieran películas con calificación para adultos, como "Hellraiser", "Starship Troopers", "Pulp Fiction" o "Braveheart", en las que su mensaje era claramente un "Fuck the System", nos da igual la taquilla y vamos a hacer el cine que queremos, por que ésta es nuestra película y la contamos como nosotros queremos. Irónicamente, muchas de esas películas se llevaron luego algún Oscar o se convirtieron en films de culto al instante. Justamente por ser fieles a sus ideales y a su forma de ver el cine.
Ésta evolución hacia lo familiar a sido de lo más sutil, nos han ido acostumbrando con escenas de acción trepidante, efectos visuales impactantes, y como de un truco de mágia, hemos apartado la vista de un punto para que nos fijáramos en otro. Así las compañias ampliaban el público, ergo las ganancias eran mayores sacrificando algo que para ellos no tenía valor alguno, pero que artísticamente, el producto se veía seriamente mutilado, y nuestro cerebro de alguna forma nos decía "Ep! aquí falla algo".
Por otro lado, el cine de terror/gore no se veía tan afectado en cuanto a este tipo de restricciones, pero si que algunas producciones denotan una falta de presupuesto y unos efectos visuales, ya no de serie B, sino Z, por esa falta de confianza por parte de los inversores, ya que no preveen que una película de esas características consiga mover a las masas. Algo que el productor Jason Blum, fundador y dueño de Blumhouse, que está detrás de sagas como "Insidiuos", o "Expediente Warren", el cual a reconocido más de una vez, que la clave de su éxito está en la de hacer películas con un presupuesto muy ajustado, para de ésta manera el margen de beneficios sea mucho más amplio, aunque la película no sea un éxito rotundo en taquilla. Haciendo que la mayoría de efectos visuales sean principalmente analógicos, escasos y en todo caso obligar al equipo creativo ingeniárselas para crear esos ambientes de terror y opresión sea la más óptima, algunas veces les suenan la campana, pero no en todas las ocasiones hace que sea una producción de éxito y en muchas ocasiones, es un terror "para todos los públicos", buscando más el ruido en redes sociales, que el ofrecer un buen producto acorde al género que representan. Siempre escudándose con ese discurso de "Da más miedo lo que el espectador se pueda imaginar por el ambiente, que en enseñar el monstruo o escena en si misma", eso le funcionaba a Ridley Scott con "Alien", ya que ahí habíamos visto visceras, tripas y todo tipo de muertes. Teniendo ese ambiente de opresión y de no haber salida. Pero para éste terror moderno, no. Da como resultado, un discurso de chiste.
Resulta aún más insultante, que ha estas alturas de la película, sea en televisión donde sean más coherentes con este tipo de cosas, ya que hasta la fecha han sido las productoras las que han idio esgrimiendo el argumento de que ésto lo hacen para proteger a las jóvenes generaciones de la violencia gratuita, y el sexo; por la influencia que ésto pudiera generar en ellos y evitar así que ésto pudiera provocar que éstos jovenes quisieran replicar lo que hacen sus héroes de películas de acción en la realidad. Dejando, claro, en un segundo plano que ésto lo hacen también por la enorme e ingente cantidad de dinero que recaudan haciendo las películas accesible a un target de público mayor. Siendo así, un discurso hipócrita, ya que aunque se quite la sangre, la violencia y el sexo siguen estando en pantalla, a pesar de que no se enseñe de forma explícita, pero ahí sigue ese mensaje. Pero está siendo la televisión la que está siendo coherente con los géneros, mostrando de forma más explícita en pantalla, el sexo, la sangre y la violencia, convirtiendo todo aquello que querían evitar a los jóvenes en un producto insultantemente más accesible que antes y no necesariamente supervisado por sus padres. Ya que muchas veces, son las mismas asociaciones de padres y madres, las que denuncian o acusan de la violencia que generan los jóvenes en las calles, escuelas o en casa es por la influencia del cine y la televisón. ¿Es acaso la televisión y el cine los responsables de la educación de los jóvenes? ¿Es la televisión y el cine los culpables de todos los actos bandálicos de los jóvenes? o ¿Deberían ser sus padres los encargados de su educación y supervisar que lo que vean sea adecuados para su edad y aprendizaje?
Ahora llega el turno del golpe en la mesa, cuando Ryan Reynolds ha recaudado lo que no está escrito con su adaptación de "Deadpool", y que sus años le ha costado conseguir llevar ésta versión del héroe bocazas al cine, y de nuevo se repite la historia, las compañías siguen su estela, la Fox, hace lo propio con "Logan", más recaudaciones históricas, y así sucesivamente, hasta que alguien encuentre otra fórmula nueva.
También están los que quieren explotar la melancolía de los '80 y los '90, haciendo remakes y nuevas entregas de clásicos como "Robocop", "Desafio Total" o "La Jungla de Cristal", películas que han tomado la vía fácil, de acción trepidante, pero si eso, la sangre que se la imagine el espectador por que sale muy cara y además queremos calificación para todas las edades, y si quitamos la crítica sociopolítica, casi que también, no vaya a ser que un político se queje, ah! y la trama hazla sencilla por que no queremos que los niños se duerman en la sala de cine. Y es que el espectador actual, solo quiere actores bonitos, efectos especiales carísimos y no tener que pensar. Ese es el discurso de muchas productoras actualmente, dejando a esa persona que paga la entrada en un ser que no debe tener la necesidad de pensar por si mismo y sacar conclusiones.
Es una pena, que al echar la mirada atrás, veamos esa libertad de expresión en los medios audiovisuales, y que se haya ido perdiendo con el paso del tiempo, ya sea por el dinero o por esa obsesión por el control o por cualquier tipo de asociación con tal de recortarla sin piedad. ¿Es posible que poco a poco se estabilice la violencia y el gore en el cine actual?¿Que haya en pantalla más variedad y películas con un discurso coherente? Personalmente me cuesta creer que vaya a pasar algo así a corto plazo, aún más cuando está ese mastodonte llamado Disney, amasando una fortuna descomunal con sus películas para todos los públicos, teniendo a su alrededor esa manada de buitres queriendo replicar su éxito. Y ahí es donde vuelve ese circulo vicioso.
Cuando en realidad las productoras deberían hacer productos para un público en concreto y ofreciéndoles lo que buscan, ya que ahí, en esos nichos, es donde realmente pueden hacer "su agosto" y es lo que ha pasado con "Los Mercenarios", "John Wick", "Deadpool", "Ash Vs Evil Dead" o las muchas películas o series de Netflix, que tienen su público fiel y que con ellos pueden atraer a más gente y en consecuencia, conseguir unos más que decentes datos en taquilla. Mientras tanto, se tendrá que rebuscar muy bien en el cine indie y serie B, para encontrar cosas decentes y en las que valgan la pena invertir nuestro tiempo en verlas.
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